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Si perdemos el debate de la ciudad, perdemos la esencia de la política.

Actualizado: 30 mar 2020

En las últimas semanas, el Concejo Metropolitano de Quito, del cual soy miembro, ha sido protagonista de hechos lamentables que nos obligan a cuestionarnos el rol que este cuerpo colegiado y sus miembros estamos cumpliendo.

Los concejos municipales son el principal espacio de discusión de los problemas que nos plantea la convivencia colectiva en las ciudades. Estos son el espacio para la reivindicación de la política y de su esencia. Recordemos que la palabra política viene del griego polis que es todo aquello relativo al ordenamiento de la ciudad o a los asuntos de los ciudadanos.

Durante muchos años hemos visto cómo el debate de los temas que importan a los ecuatorianos ha sido abandonado por la Asamblea Nacional y ello no puede permear a las ciudades. De allí que todos quienes hacemos los concejos municipales tenemos la responsabilidad, el deber, de no dejar que el debate de los asuntos de la ciudad se escape por la ventana de los intereses políticos partidistas o de los asuntos personales. Si perdemos el debate de la ciudad, perdemos la esencia de la política, perdemos la razón por la cual fuimos electos.

El Concejo Metropolitano es la máxima autoridad de la ciudad y es el espacio de representación de todos los quiteños, y así como Quito es diverso, el Concejo también lo es. Las diferencias, las formas distintas de pensar la ciudad son absolutamente necesarias para su construcción; pero ello, bajo ningún concepto implica que estas diferencias deban expresarse irrespetuosamente. Gritar, insultar y menospreciar las reglas del juego son todas formas de decadencia de la política.

Ha pasado más de un año desde que ejerzo un cargo de representación popular y no hay día que no me pregunte lo que verdaderamente implica el representar la voz, los deseos y los sueños de los quiteños, hayan o no votado por mí. Y de lo que estoy absolutamente segura es que esa responsabilidad que tenemos los políticos es más grande que cualquier otra razón. Por ello cada decisión que tomo, cada acción, intervención y el ejercicio de la palabra desde la curul, es pensada y ejercida desde la gran tarea que me han encomendado. Entonces la pregunta que nos debemos hacer diariamente es cómo llevamos la voz de nuestros representados al Concejo, cómo ciudadanizamos la política en lugar de denigrarla y alejarla cada vez más de los ciudadanos. La política nació en las ciudades y es nuestra responsabilidad reivindicarla, no hundirla.

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